15 enero de 2010 Puerto Príncipe. Agencias.
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Autoridades haitianas dijeron este viernes que alrededor de 140.000 personas podrían haber muerto tras el terremoto que devastó la nación caribeña y señalaron que pandillas estaban atacando a los sobrevivientes que aguardan desesperadamente por ayuda internacional.
"Estamos limpiando las calles de cadáveres y poniéndolos en tumbas colectivas. Hemos enterrado unas 40.000 personas. Creo que hay otros 100.000 muertos más", dijo el secretario de Estado para la Seguridad Pública, Aramick Louis. "Hay muchas personas bajo los escombros", añadió.
El funcionario dijo que la mayor inquietud del presidente y el primer ministro, que coordinan los esfuerzos del país desde el edificio de la policía cerca del aeropuerto, era que la desesperación estaba transformándose en violencia.
"Estamos enviando a nuestra policía a las áreas donde los bandidos están comenzando a operar. Algunas personas están robando. Eso está mal", dijo Louis.
Hubo algunos saqueos en el centro de Puerto Príncipe, donde un cadáver fue quemado y se oyeron disparos, según un testigo. "La gente que está en los refugios, una vez que no encuentra comida y asistencia, se enoja y se altera. Nuestro mensaje es que todos deben estar calmados", remarcó Louis.
Según las autoridades locales, un 75 por ciento de los edificios fueron destruidos o necesitarán ser reconstruidos.
"Tres cuartas partes de Puerto Príncipe necesitan reconstrucción, no solamente las áreas totalmente destruidas, sino también los lugares en los que muchas casas tienen un daño estructural", dijo el ministro de Salud, Alex Larsen.
Al ser consultado sobre los recursos que el Gobierno tiene para afrontar la emergencia de salud, el ministro señaló: "No tengo ni un poco de algodón. Estamos esperando por equipamiento y medicina. Algunas cosas ya llegaron y estamos agradecidos".
Tres días después del terremoto, gobiernos de todo el mundo están enviando ayuda humanitaria y equipos de rescate a Haití, que antes del sismo era ya la nación más pobre del hemisferio occidental. Pero la distribución de ayuda enfrenta enormes problemas logísticos, incluyendo la saturación del pequeño aeropuerto y un puerto seriamente dañado.
Las calles y carreteras continuaban bloqueadas por trozos de árboles y escombros, lo que complica el transporte de la ayuda.
Los ciudadanos de la devastada capital costera Puerto Príncipe pasaron una tercera noche consecutiva durmiendo en las calles, entre escombros y cuerpos en descomposición, mientras las réplicas remecían los ya destruidos vecindarios.
"Hemos perdido todo. Estamos esperando la muerte. No tenemos nada que comer, ningún lugar donde vivir. No hemos tenido ayuda. Nadie ha venido a vernos", comentó Andres Rosario, desde un improvisado asentamiento levantado por sobrevivientes en un vertedero de basura en Puerto Príncipe.
Sobrevivientes andrajosos elevaban sus brazos a reporteros extranjeros en las calles, rogando por agua y comida.
A pesar de que algunos efectivos de las fuerzas de paz de Brasil estaban patrullando las calles, se han reportado algunos saqueos.
En un supermercado destruido, decenas de personas revolvían entre los escombros para intentar alcanzar la comida que quedó enterrada tras el sismo. Justo afuera del barrio bajo de Cite Soleil, personas desesperadas rodeaban una tubería de agua rota, empujándose para beber o llenar baldes.
Trabajadores de asistencia comentaron que estaba llegando algo de ayuda a las personas, pero de forma caótica, y dijeron que se necesita más coordinación de forma urgente. "Alguna ayuda está llegando, pero no a muchas personas", dijo Margaret Aguirre, alta funcionaria del Cuerpo Médico Internacional.
Control de aeropuerto a EEUU
El Gobierno de Haití acordó este viernes conceder el control del principal aeropuerto del país a Estados Unidos para acelerar el trabajo de ayuda tras el sismo que devastó el país esta semana, dijo el Departamento e Estado.
"El primer ministro (Jean-Max) Bellerive firmó un memorando de entendimiento concediendo el control del aeropuerto a Estados Unidos", dijo el portavoz del Departamento de Estado P.J. Crowley en un comunicado.
"Obviamente vamos a asumir esta responsabilidad como corresponde y hasta el momento en que el Gobierno de Haití esté listo para reasumir esa responsabilidad".
Esperanzas se desvanecen
Las esperanzas de encontrar supervivientes entre los escombros de Puerto Príncipe se reducen con rapidez no sólo por el paso del tiempo, sino por la subida de temperaturas registrada este viernes, que acelera la deshidratación de los cuerpos.
Expertos en rescate de supervivientes dijeron a Efe en el aeropuerto Toussaint Louverture de la capital haitiana que los dos primeros días tras el terremoto hubo mayores esperanzas, pues la temperaturas, aunque calurosas, no han sido muy altas, pero hoy el cielo amaneció sin nubes y el sol calentó con fuerza la ciudad, lo que agrava la situación.
El doctor Eloy García Mondragón, médico del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUME), de la Ciudad de México, explicó que "las esperanzas de encontrar gente con vida son muy bajas", por lo que las personas que no sean rescatadas este viernes tendrán escasas posibilidades de salvarse.
El ERUME mexicano llegó a Puerto Príncipe con un equipo de 22 personas, perros y equipos especializados, y partió de inmediato a la zona que se le ha asignado para buscar entre los ruinosos edificios.
Pese a las expectativas poco alentadoras, los miembros del Equipo de Búsqueda y Rescate número 2 de Florida, llegados con tres grupos de trabajo con la misma misión, mostraban aún cierta esperanza.
Uno de los responsables del equipo, Joe Fernández, dijo a Efe que "mucha gente se comunica con familiares que están atrapados entre los cascotes, otros mandan mensajes de texto por teléfono móvil", por lo que todavía es posible encontrar personas.
El grupo, perteneciente a los Bomberos de Miami, está formado por un total de 85 personas entre rescatistas, ingenieros, guías de perros adiestrados para el rescate, médicos y paramédicos. Además, cuenta con equipos pesados para destruir estructuras de hormigón.
También hay equipos españoles, como el de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid, que ayer salvó de morir entre las ruinas a una niña de dos años y hoy trabajaba en nuevos intentos por encontrar gente con vida, dijo uno de sus miembros, Isidoro González.
Dicho grupo está formado por diez bomberos que trabajan con tres perros adiestrados, cuatro agentes de la Policía Nacional y otros tantos de la Guardia Civil.
"Tanto los animales como los familiares nos indican los lugares donde se cree puede haber supervivientes y estamos haciendo un esfuerzo máximo por encontrarles", indicó González.
En los alrededores del aeropuerto han instalado sus campamentos varias agencias de cooperación internacional, como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que coordina todo el operativo de ayuda a Haití en el país.
Allí se espera, entre esta noche y la madrugada de mañana, la llegada de varios aviones con médicos, personal de rescate y equipos para trabajar en los operativos de socorro previstos.
Además, está previsto que los aviones lleven a Puerto Príncipe ayuda humanitaria que será distribuida por ONGs como Unicef, Médicos Sin Fronteras, Intermón Oxfam y la local Care, entre otras.
Otra de las misiones que coordina la AECID, perteneciente al ministerio español de Asuntos Exteriores, será la repatriación de una treintena de los 110 españoles que se encuentran en el país.
Junto a estos extranjeros, decenas de ciudadanos franceses, estadounidenses, haitianos y españoles esperaban hoy en el aeropuerto su turno para volar a sus países en aviones de ayuda humanitaria llegados a la capital haitiana.
Preval reclama coordinación de ayuda
El presidente de Haití, René Preval, señaló este viernes que la coordinación de la asistencia enviada a su país tras el terremoto del pasado martes es uno de los problemas más importantes de este momento.
El presidente de Haití, René Preval, señaló este viernes que la coordinación de la asistencia enviada a su país tras el terremoto del pasado martes es uno de los problemas más importantes de este momento.
La advertencia fue hecha por el mandatario al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, durante una conversación telefónica este viernes, según se informó en la sede de la ONU.
En ese contacto, el dirigente de la organización mundial garantizó a Preval la plena movilización de la ONU para llevar ayuda al devastado país caribeño, víctima de un terremoto de siete grados de intensidad en la escala Richter.
Dijo que ese empeño involucra a todas las agencias, fondos y programas de Naciones Unidas y mencionó la coordinación establecida con el ex presidente norteamericano, William Clinton, en su condición de enviado especial de la ONU para Haití.
La jefatura de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en el país caribeño fue asumida anoche por Edmond Mulet (Guatemala), quien ocupa el puesto de Hedi Annaba (Tunez), y de su segundo, Luiz Carlos da Costa (Brasil), ambos desaparecidos durante el seísmo.
ONU lejos de aliviar el hambre
Los problemas logísticos y de transporte, particularmente, están dificultando al extremo la capacidad de la ONU de hacer llegar la ayuda alimentaria a los damnificados por el terremoto en Haití, dijeron este viernes agencias de Naciones Unidas.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que trabajan juntas en las primeras distribuciones de víveres, harán a lo largo de hoy un reparto de alimentos a 8.000 personas, aunque los necesitados son varias decenas de miles.
Aunque es el doble que el jueves, esa cifra refleja claramente las limitaciones de las agencias de socorro para llegar a las víctimas del seísmo que lo han perdido todo y que necesitan un tipo determinado de alimentos ante la falta de agua y utensilios para cocinar: conservas y víveres listos para consumir y galletas de alto contenido proteínico.
Representantes de la OIM y del PMA han explicado que la lentitud con la que parece llegar la asistencia alimentaria se debe principalmente a las limitaciones para el transporte de carga en vías que han quedado prácticamente destruidas e intransitables por el sismo.
"Llegar del punto A al B en Puerto Príncipe es muy difícil por la destrucción. Trasladar toneladas de alimentos, equipos y agua no es tan fácil ni rápido como twitter o las imágenes que vemos en un canal de noticias", dijo la portavoz del PMA, Emilia Casella.
En declaraciones a Efe, explicó que hace escasas horas personal de su organismo en Puerto Príncipe pudo llegar a su depósito principal y que "aparentemente la mayor parte de las 6.000 toneladas de víveres están todavía allí".
"Esto es una buena noticia", comentó, tras señalar que el pillaje a ese mismo depósito que se reportó parece haber sido limitado.
Ello probablemente porque los productos que están guardados allí son, entre otros, arroz, maíz y soja, que en las actuales circunstancias no sirven para alimentar de inmediato a la población afectada.
La portavoz también precisó que la mayor parte de las 15.000 toneladas de reservas con que contaba el PMA en Haití antes del terremoto no estaban en Puerto Príncipe, sino en otras localidad que fueron las más afectadas por los huracanes de 2008.
La ONU lanzará en las próximas horas una petición de fondos a la comunidad internacional por alrededor de 550 millones de dólares para financiar su ayuda de emergencia y a la reconstrucción de Haití. De ese importe, gobiernos y donantes ya han prometido unos 268 millones de dólares, según las últimas cifras de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la organización.
En total, se calcula que tres millones y medio de personas viven en las áreas devastadas por el terremoto.
En tanto, el flujo de haitianos que intentan cruzar a República Dominicana ha aumentado en un 10 por ciento en las últimas horas en el cruce de frontera de Jimaní, según confirmó la OIM, que coordina permanentemente con las autoridades migratorias dominicanas.
Sobrevivir en medio del infierno
La precaria casa de los Victor fue la única de la calle que quedó en pie el martes, cuando el terremoto pudo incluso con la vecina catedral de Puerto Príncipe. Desde entonces esta familia, además de llorar a sus muertos, lucha por sobrevivir al hambre, los saqueos y falta de asistencia.
"Los designios de Dios son misteriosos. El quiso que nuestra casa aguantara mientras que otras mejor construidas se vinieron abajo", explica Eglide Victor, profesora de 26 años, mientras muestra su precaria vivienda en el corazón de Puerto Príncipe.
Supervivientes por milagro del sismo que devastó la ciudad y sembró la desolación a su alrededor, esta familia abandonó su domicilio por miedo a que hubiera otro terremoto terminara derrumbándolo y sepultándolos.
Acabaron en un parque público pero se sintieron más desvalidos que en su propia casa y regresaron. "Para protegerla y protegernos. Hay mucha gente armada, muchos saqueos", explican los hombres de la casa.
Además, así están cerca de la catedral, donde el hermano mayor de la familia, Henry Claude, está todavía atrapado bajo montañas de escombros.
"Ayer alguien habló con él ayer. Gritó su nombre desde donde estén. Dijo que están rodeados de muertos. Pero esta mañana no logramos que nos contestara", cuenta tristemente Eglide.
Desde el martes, el hogar de los Victor recibió a numerosos parientes y este viernes casi 40 personas se hacinaban en este conjunto de casuchas de madera y hojalata que amenazan con derrumbarse en cualquiera de las réplicas del sismo, aún frecuentes.
La hermanastra de Eglide Victor, Marie Edithe Saint Juste, fue una de las primeras en pedir cobijo en su casa. Atrás, dejó a su esposo, sepultado entre las ruinas de su casa.
"Sentí el temblor y reaccioné rápido. Salí de mi casa con mi hijo y corrí. Mi marido quedó dentro pero sé que murió. Caminé kilómetros hasta llegar a casa de mi familia. El espectáculo era terrible", recuerda resignada.
La familia ya recibió noticias sobre la muerte de otros parientes, numerosos amigos y vecinos. Sólo en su calle, los cadáveres retirados de los escombros superan el centenar pero el hedor a putrefacción es insoportable. "No todos fueron recuperados. No tenemos material para hacerlo", explica Eglide mientras observa la llegada de un camión de bomberos rusos.
La aparición de los primeros contigentes extranjeros de ayuda humanitaria ha cambiado el humor de la familia este viernes después de tres días de "total abandono".
"La falta de electricidad es menos grave que el hambre, la sed y la falta de medicamentos, sobre todo algo para las infecciones. Estamos rodeados de muertos", explica Eglide.
Este viernes, los hombres de familia se lanzaron a las calles a buscar comida y agua distribuida por alguna misión humanitaria.
"Tengo esta bolsa de agua para todo el día, tengo que racionarla para mi hijo de tres años", indica Norberta Noiset, prima de la familia, mostrando su preciado tesoro.
"Teníamos muchas necesidades pero ahora tenemos todavía más, es inimaginable. Hoy no sé qué comeremos. Ayer sólo teníamos café y pan. Somos mucha gente que alimentar", añade Marie Edithe.
Cuando cae la noche, la familia se reune en el patio para dormir. Dicen sentirse más seguros que en el interior de la casa aunque las paredes podrían aplastarlos en cualquier momento.
"Nuestra vida está en manos de Dios. ¿Marcharnos de Puerto Príncipe? No, nunca", concluye Eglide Victor.
Fuente Radio La Primerísima
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