Clinton parece dispuesto a un bombardeo aun sin el aval de la UN
El Presidente Clinton y el Primer Ministro Blair de Gran Bretaña decidió que el régimen de Hussein no era realmente cooperar con los inspectores de armas, y el 17 de diciembre los EE.UU. y las fuerzas británicas comenzaron una campaña de cuatro días de bombardeos contra centros de mando iraquí, aeropuertos, instalaciones de almacenamiento de armas y radares y los sitios de misiles. En enero de 1999, las administraciones Clinton y Blair comenzaron los bombardeos en el norte de la zona de exclusión aérea, con más de 100 ataques aéreos se realizaron a través del año 1999.
NUEVA YORK.- En el papel de comandante en jefe del Ejército más poderoso del mundo, Bill Clinton lanzó ayer desde el Pentágono una última amenaza a Sadam Husein: «Nuestros uniformados están preparados para actuar, el pueblo norteamericano debe estarlo también..., la fuerza, a veces, es la única respuesta».
«No toleraremos más maniobras dilatorias ni nuevos obstáculos», añadió Bill Clinton con un tono grave y solemne. «Sadam puede poner fin a esta crisis mañana mismo, simplemente dejando a los inspectores que completen su misión. Si se sigue negando a hacerlo, será el culpable de todas las consecuencias».
Personificando en Sadam Husein todos los males del fin de siglo (terrorismo, tráfico de drogas, crimen organizado), el presidente estadounidense intentó convencer a sus compatriotas de la perentoria necesidad de aniquilar sus armas químicas y bacteriológicas. «Si no lo hacemos ahora, si no mermamos su capacidad destructiva, os lo garantizo, algún día llegará a hacer uso de todo ese arsenal».
Clinton abrió así el fuego de la propaganda de guerra que hasta ayer no había surtido el menor efecto entre los estadounidenses.
Washington, 16 de diciembre.- El presidente norteamericano, William Clinton, justificó este miércoles el ataque militar de Estados Unidos y Gran Bretaña contra Iraq, diciendo que el objetivo es "liquidar los programas de armas de destrucción masiva que lleva a cabo ese país árabe", mientras de inmediato se escucharon voces condenatorias de la acción que, según fuentes militares norteamericanas, constituye la primera fase de sucesivos ataques que se realizarán con creciente intensidad.
Las primeras detonaciones en la capital iraquí se produjeron a las 00:50 hora local (20:50 GMT), en momentos en que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la única instancia que puede autorizar ese recurso a la fuerza, discutía la crisis iraquí y la retirada del equipo de inspección de la ONU estacionado en Bagdad.
En un mensaje televisado en directo a la nación, Clinton anunció que había ordenado "una serie sustancial de bombardeos aéreos", y amenazó con volver a utilizar la fuerza, dicen despachos de agencias internacionales.
El mandatario, asumiendo una responsabilidad en nombre de lo que calificó como "la comunidad internacional", afirmó que el ataque había sido decidido rápidamente para evitar dar tiempo al presidente iraquí, Saddam Hussein, a prepararse. E insistió en que Estados Unidos "mantendrá sus esfuerzos para contener al régimen de Hussein hasta su reemplazo".
Obviando las críticas de sectores congresionales y otros en el sentido de que la acción fue hecha coincidir deliberadamente con la víspera del debate en la Cámara de Representantes sobre un juicio de destitución en su contra, Clinton argumentó la urgencia con el inminente inicio de la fiesta religiosa árabe del Ramadan, el próximo fin de semana, lo que le había incitado a decidir el ataque de inmediato, y así evitar que este resultase "profundamente ofensivo" para el mundo arabe, señalan varias agencias.
El tercer motivo aludido por el Presidente norteamericano fue el respaldo recibido por parte de Gran Bretaña y otros aliados para desencadenar el ataque con cohetes crucero Tomahawk lanzados desde buques de guerra y aviones bombarderos a partir de la región del Golfo.
En su discurso de 15 minutos desde el despacho oval de la Casa Blanca, Clinton se defendió de las acusaciones que vinculan la inminencia del debate sobre su proceso de destitución (impeachment), previsto para este jueves, con la decisión de lanzar esta operación.
Entretanto, en Londres, el primer ministro de Gran Bretaña, Anthony Blair, apoyó hoy el ataque militar contra Iraq, en el que también participan fuerzas del Reino Unido, en un discurso televisado desde Downing Street, la residencia oficial.
Blair aseguró que el compromiso británico con la operación "Desert Fox" (Zorro del Desierto) será "significativo".
Fuente: Granma